SAN JOSE - COSTA RICA: CAROLINA FERNANDEZ LA PRIMER MUJER BOMBERO EN SU PAIS




Allí encontró al hombre de sus sueños y contrajeron matrimonio. De la unión de los dos apagafuegos nació la pequeña Catalina hace dos años y ocho meses. A partir de ese momento, las cosas fueron diferentes, ahora era una madre, pero no estaba dispuesta a abandonar su trabajo, por más riesgoso que sea.Hoy Carolina es una madre muy feliz, aprendió a distribuir el tiempo para cumplir con su trabajo dando el máximo esfuerzo, ser esposa y ser madre. Con el orgullo además, de haber sido quien abrió el camino para que otras mujeres se animaran a incursionar en una labor que tradicionalmente había sido de los varones.-¿Por qué se inició como bombera?-Creo que para seguir los pasos de mi papá, él siempre ayudaba a las personas, era el que atendía los pequeños accidentes en el barrio, él atendía las pequeñas emergencias, desde rescatar algún chiquito accidentado o golpeado hasta algún circuito, o cualquier cosa así.-Primero fui voluntaria de la Cruz Roja, y en entrenamientos que hacíamos con los bomberos veía lo que hacían, y me gustaba. Hice amigos que me decían que entrara, que yo podía. Me animé, hice los cursos, las capacitaciones y entré. Primero estuve en Heredia, después en Pavas y ahora en Tibás.-¿Cómo combina la labor de bombera y la de madre?-Con la ayuda de mi mamá, ella es mi respaldo, aunque siempre me dice que me salga, que deje de ser bombera, pero igual me ayuda. Mi hija pasa prácticamente un día conmigo y un día con ella, porque el horario es de 24 horas trabajadas por 24 libres.-Además, mi esposo me ayuda mucho, él también es bombero pero tiene un horario diferente, prácticamente nos vemos como cada dos noches, pero él ayuda con las labores de la casa. Está bien distribuido el trabajo.-¿Estando embarazada estuvo apagando incendios?-Sí, como hasta los siete meses estuve trabajando afuera, y ya el último mes me pasaron a la oficina, pero como la bebé nació a los ocho meses, no fue mucho, me cuidaba de no exponerme mucho, pero uno siempre trata de hacer lo mejor.-¿No la ven con extrañeza cuando va conduciendo la máquina de bomberos?-Alguna gente se impresiona, algunos me felicitan, y otros me ven extraño o me dicen algo feo, pero creo que soy buena en lo que hago, nunca he chocado, nunca he atropellado a nadie.-¿Fue difícil que la aceptaran sus compañeros?-Para algunos sí es difícil tener una mujer como compañera, yo lo veo natural, pero algunos como que se alejan, o no lo aceptan bien. Hay unos muy chineadores, que dicen déme y le llevo la manguera, pero no, una es igual que cualquiera de ellos y la emoción de correr con todas las cosas para atender un incendio es especial y no me la voy a perder. A como hay otros que no les gusta trabajar con una mujer, pero creo que ha sido más difícil para ellos que para mí acostumbrarse.-¿Qué mensaje les daría a las mujeres que quieren ingresar a un campo que siempre ha sido reservado para los hombres?-Que no tengan miedo, antes que yo no había entrado ninguna mujer por miedo, no porque sea imposible, no se necesita nada más que empeño. Les diría que no saben la fuerza que tienen por dentro, porque nunca han necesitado aplicarla. Somos igual que todos, y merecemos la oportunidad de trabajar en lo que nos guste.-¿Cuando está en un incendio pelea contra el fuego igual que cualquier hombre?-Sí, claro, todos somos bomberos iguales, llevamos el mismo peso, corremos la misma distancia, nos metemos en los mismos lugares. No hay distinción de ninguna clase, y lo podemos hacer, porque las mujeres somos igual de resistentes para cualquier trabajo que los hombres.-¿Se ha llevado algún susto grande en estos años de bombera?-Una vez íbamos corriendo para apagar un incendio y caí en una zanja, mi compañero que iba adelante no se dio cuenta, y el fuego estaba muy cerca, me tocó irme agarrando a como pude para salir de la zanja y el miedo era que el fuego estaba de verdad muy cerca, pero además de ese no me ha pasado mayor cosa.-¿Ha sentido miedo al llegar a un incendio?-Al principio sí, guardaba un poco la distancia, ahora ya me siento más segura de mí misma. Siempre hay que tener cuidado, pero uno se tiene más confianza. Pienso siempre en mi familia y me cuido, veo las cosas diferentes ahora que tengo a la bebé que antes, pero eso no significa que no dé lo mejor para cumplir con mi trabajo.-¿Cuál es la sensación de enfrentarse a ese gigante que destruye todo a su alrededor?-Es emocionante, y al verlo le da a uno fuerza, se transforma, como si le inyectaran algo y es algo diferente, es emocionante, no es que uno no sienta por las personas que están perdiendo las cosas, al contrario, uno se esfuerza por ellos, pero sentir el fuego ahí genera una emoción diferente.-¿Le ha tocado atender percances con niños, le da alguna sensación diferente?-Claro, especialmente si son de una edad parecida a la mía. Se le hace un nudo en la garganta de pensar que sea el de uno, porque el que uno esté aquí no significa que estén libres de sufrir algún accidente.-También me ha tocado ver niños ahogados, prensados en accidentes de tránsito, abortos y atender partos.-¿Cuál ha sido la situación que más la ha impactado?-Atendí una señora que dio a luz en la casa, era tan pequeño el bebé, le di RSP, luché para llevarlo vivo al hospital de Niños, pero cuando llegué dijeron que por su tamaño y su peso no sobreviviría, y que no tenían equipos ni medicamentos para atender un bebé tan pequeño. Me dolió mucho saber que iba a morir, porque nos esforzamos para que llegara vivo, lo dejamos vivo en el hospital, pero sabíamos que moriría. Autor y foto: diarioextra.com

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